Nuestra historia


Creación de la Escuela y Banda (1929)

Según las fuentes más fidedignas el cura párroco Pbro. Mauricio Hickey, que además de su misión específica ya había mostrado vocación de pionero y grandes miras como servidor público (Ej. instalación de aguas corrientes), observó como cerca del Asilo jugaban unos niños de casa humildes y pensó en la manera de que utilizaran parte del tiempo en mejorar sus condiciones. Conocedor, sin duda, que lo mejor que cabe brindar a los niños es una buena educación, recurrió un método infalible que siglo antes fue usado por muchos misiones: la música. Se le ocurrió entonces, de pronto, la idea de formar una escuela donde los jóvenes del pueblo pudieran aprender los rudimentos musicales.

A varios atrajo la idea, entre ellos el Dr. Julio Bóscolo, aficionado al violín y la guitarra, es quien concreta las aspiraciones del padre Hickey elaborando un proyecto de ordenanza que introduce en el Concejo Deliberante del que era miembro, durante la intendencia de don Agustín Ávalos. Dicho proyecto tiene acogida favorable por Ordenanza Nº15 del 15 de junio de 1929, que autoriza la creación de una Escuela y Banda Municipal, disponiendo que una comisión de cinco miembros corriera con la organización y administración.

Esta comisión el 11 de julio de 1929, siendo intendente el mismo Dr. Bóscolo por la enfermedad que aquejaba a Ávalos, se integra con el P Mauricio Hickey, Dr. Antonio Ángel Montes, Ernesto Pereyra y Raúl Méndez Casariego.

La Comisión se contactó con el Sr. Juan Zerrillo que fuera senador provincial comisionado en Salto que residía en La Plata, el que demostró sumo interés en que se pudiera conocer a un amigo suyo que residía también en esa ciudad; se trataba todavía de un desconocido, era Francisco De Cicco.

Tomadas las referencias del caso sería en principio el maestro que vendría a enseñar, formar y dirigir la banda a crearse.




Llega el Maestro

Hallado el maestro director, había que poner en marcha el inicio de los cursos para los hijos del pueblo que tuvieran vocación por la música, como asimismo adquirir los instrumentos. Para lo primero pudo verse en la puerta de los salones sitos en las calles San Pablo y Sarmiento un programa invitando al aprendizaje de la música, considerándose fundada la escuela el 1º de setiembre de 1929 con el arribo a Salto del maestro De Cicco, que se alojó en un hotel. Respecto a los instrumentos, adquiridos en la Casa Breyer de Buenos Aires, se expusieron en la vidrieras de la tienda Casa Garay (Buenos Aires y 9 de Julio). Poco tiempo después la escuela se traslada a la casa de la calle Balcarce Nº 137 y en 1969 a su actual sede de Bartolomé Mitre Nº676.



Debut de la Banda (1930)

Larguísima es la lista de instrumentistas que desfilaron por la banda de música. Aquí, en homenaje a todos ellos queremos simbolizarlos con la nómina de aquellos muchachos que hicieron el debut el 5 de setiembre de 1930 en la Plaza San Martín, día anterior al derrocamiento del Presidente de la República don Hipólito Yrigoyen.

Fueron ellos: Alfonso Medina, Nicolás Pelliza, Esteban Chiari (clarinetes); Andrés Felpeto, Alberto Virto y Víctor Quiroga (genis); Emilio Mucci(h) y Silvano Zabála (bajos); José María Novillo (bombardino); Pedro Peguaipé (bombo); Domingo Zacchino (platillos) y Julio Novillo (redoblante).




Primer Director don Francisco De Cicco

Nacido en Italia en el año 1865 cursó sus estudios en el Conservatorio de Parma habiendo llegado a la Argentina integrando la Orquesta Sinfónica de Bares, radicándose en La Plata donde ingresó en un regimiento de línea como séptimo clarinete,. pronto sería primero. Excelente instrumentista, sabía extraer el claro sonido propio de los elegidos, sin estridencia, adoptando las posturas de músicos de escuela, su personalidad y su buen gusto no le permitía interpretar cualquier repertorio. Un ser humano humilde, modesto, excepcional, que tenía frases como esta "nunca diga que sabe", "no se juzgue a si mismo", "estudie la música". Desde los primeros instantes de su arribo a Salto dedicó su vida a la formación excelente de la banda municipal, un sueño que pronto sería realidad. Su figura cobra inusitada dimensión si se tiene en cuenta la pléyade de jóvenes instrumentistas que incorporó a la banda constituyéndose en pionero comparable.

Al poco tiempo de su designación al frente de la banda, cuya disciplina mantenía merced al ejemplo que brindaba y a las exigencias que requería, logró conformar un conjunto que si bien no había logrado la cohesión perfecta de los sonidos consiguió, en poco menos de un año, un afianzamiento digno de elogio. Por supuesto que encontró obstáculos, no faltó el consabido "...ese gringo no sabe nada de nada".

Pero mientras algunos hablaban, el maestro trabajaba con entusiasmo y enseñaba la música por métodos serios, única manera de formar buenos instrumentista. Lo corrobora el resultado obtenido, ya que mientras duró su dirección, puede afirmarse sin temor a equívocos, se constituyeron las mejores promociones de músicos que estudiaron en la banda. Nombres como José Novillo, Alberto "Tito" Cassain, Mario Jaime, Cacho Baldo, Helver Ciafardini, Julio y Manuel Novillo, Agustín Gibelli, Emilio "Popi" Mucci, por no nombrar sino a algunos, no fueron improvisados, sus amplios conocimientos fueron producto del trabajo asiduo y tenaz que imprimió a sus clases el maestro Di Cicco.

El repertorio que presentaba era de excelente calidad y así para el año 1933 la banda ejecutaba Semirámide, Danza de las Horas, El Barbero de Sevilla, Sinfonía del Rey Blas, Lucía de Lamermour, Rigoleto, Cármen, tangos, valses y aires nacionales.

También "Helvecia" vals del maestro, que tiene una anécdota real. Ejecutaba la banda esta composición en la plaza cuando un señor bajito de galera comenzó a levantar sus brazos felicitando su pasajes. Terminada la ejecución este señor se acercó y explicó su alegría refiriendo al maestro que lo escuchado era "sabroso" y era justo la música que andaba buscando para un personaje de la compañía de títeres a la que pertenecía; nada menos que los famosos "títeres de Podreca" que por ese entonces estaba de gira en Salto. Se le obsequió la partitura y de ella copió una parte del vals para ejecutarlo mientras danzaba una marioneta especialmente preparada. Esto que nació en Salto, acompañó al famoso conjunto.

Francisco De Cicco falleció en la Plata donde residía en el mes de diciembre de 1951, muchos lo recordarán por siempre.

Existen otras facetas de la banda municipal además de las aquí presentadas, pero con lo referido creemos haber rendido el justiciero homenaje a todos los que desfilaron por ella y en especial a su primer director.

Esta es la historia de las que tenemos constancias. De las que no tenemos registros es de toda la gente que sintió humedecer sus ojos al escuchar "Avenida de las Camelias", "El Tala", "A mi Bandera", "Ituzaingó", y tantas otras en una fiesta patria. Ni del niño que corría temprano a la plaza, en la mañana del domingo, para escuchar los sones de la banda.


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